JOSÉ ALBERTO CARRETERO SOGEL (Madrid, Comunidad de Madrid, España)

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JOSÉ ALBERTO CARRETERO SOGEL ETA Madrid Comunidad de Madrid España Spain 21 de Junio 21/06/93
A las ocho y cuarto de la mañana del 21 de junio de 1993, la banda terrorista ETA asesinaba en Madrid a seis militares y un civil que viajaban en una furgoneta oficial, haciendo detonar a su paso un potente coche-bomba, cargado con 40 kilos de amonal, en la confluencia de las calles de López de Hoyos y de Joaquín Costa. De las catorce víctimas asesinadas ese año por la banda terrorista, siete lo fueron en este brutal atentado.

La furgoneta oficial, una Mercedes de color blanco, había salido a las 7:30 horas de Alcalá de Henares, a unos treinta kilómetros de Madrid, donde residían sus ocupantes. En lo que era su ruta habitual, desde la plaza donde explotó el coche-bomba la furgoneta solía seguir por la calle Joaquín Costa para girar a la izquierda en la plaza de la República Argentina y entrar en la calle de Vitrubio. Al final de dicha calle, esquina con el paseo de la Castellana, se encuentra el Estado Mayor de la Defensa (Emad). Los etarras presenciaron su llegada a la plaza y accionaron a distancia el dispositivo que hizo estallar la mortífera carga. La onda expansiva afectó de lleno al vehículo oficial y el efecto de la metralla acabó con la vida de los siete hombres que viajaban en la misma. Después, sus cuerpos fueron devorados por las llamas. 
Los muertos fueron: el teniente coronel del Ejército de Tierra, JAVIER BARÓ DÍAZ DE FIGEROA; el teniente coronel del Ejército del Aire, JOSÉ ALBERTO CARRETERO SOGEL; el sargento primero de la Armada, JOSÉ MANUEL CALVO ALONSO; el teniente coronel del Ejército de Tierra, FIDEL DÁVILA GARIJO; el capitán de fragata de la Armada, DOMINGO OLIVO ESPARZA; el funcionario civil del Ministerio de Defensa PEDRO ROBLES LÓPEZ, que conducía el vehículo, y el teniente coronel del Ejército del Aire, JUAN ROMERO ÁLVAREZ.
José Alberto Carretero Sogel, teniente coronel del Ejército del Aire, tenía 43 años. Estaba casado con Lidia y era padre de dos hijas. Tres días antes de ser asesinado por la banda terrorista ETA había recibido la Gran Cruz de San Hermenegildo por sus veinticinco años de servicio activo. Era natural de Getafe (Madrid), donde fue enterrado.


 

La explosión provocó, además de cuantiosos daños materiales, heridas graves a otros cuarenta ciudadanos, incluidos tres niños que esperaban en una parada cercana a que les recogiera el autobús que les llevaría al Instituto Británico de Somosaguas. Se trataba de las hermanas Juana y María Gabriela Cañizo Canto, de 8 y 15 años, y de Luis Gabarda Pery, de 7, rescatado del lugar del atentado en una situación crítica por el policía Emilio Almendros Gomis, que lo trasladó urgentemente al Hospital Gregorio Marañón. El agente fue condecorado un año más tarde, siendo el niño el que le entregó el galardón. El padre de Juana y María Gabriela lo vio todo desde la ventana de su casa.
Además de los tres niños, otras cinco personas resultaron también gravemente heridas: María Antonia Mezquita, Matilde Cuéllar, Fernando Flórez, Sonia Curabia y Juan Carlos Sobrino. El dueño del bar Galaica, situado enfrente del lugar de la explosión, narró lo que vio tras la misma: "Vi a una niña de unos ocho años tumbada en el suelo con la cabeza destrozada, y a otros niños más ensangrentados, a la gente gritando, a dos señoras a las que les faltaba parte del pecho... y una de ellas se abrazó a mí llorando".
Una hora después, hacia las 9:15 horas, un Ford Fiesta, utilizado por los etarras para huir del lugar donde acababan de asesinar a siete personas, estalló ante el número 85 de la calle de Serrano, cerca de la embajada de los Estados Unidos, hiriendo a otras tres personas, dos de ellas de gravedad: Miguel Alvero Suárez, de 26 años, y Carmen Redondo Prado, de 28.  Este segundo atentado provocó una amplia alarma al producirse en un punto equidistante entre las embajadas de Estados Unidos y de Francia y frente al despacho del hijo de Antonio Hemández Gil, expresidente del Consejo General del Poder Judicial.
"Era dantesco ver aquello, y te quedas impresionado. Los cadáveres estaban irreconocibles", declaró Ramón Sáez, titular del Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid, que acudió al lugar del atentado para proceder al levantamiento de los cadáveres. Las víctimas mortales estaban tan desfiguradas que hubo que numerarlas para que pudieran ser identificadas posteriormente en el Instituto Anatómico Forense.
En 1996 la Audiencia Nacional condenó a José Gabriel Zabala Erasun y a Gonzalo Rodríguez Cordero a sendas penas de 930 años de reclusión por este atentado. El fallo consideró probado que ambos terroristas robaron un Opel Corsa en San Sebastián en marzo de 1992 y lo escondieron en una lonja de esa localidad. En junio de 1993, siguiendo instrucciones de la dirección de ETA para que cargaran el coche con un artefacto explosivo, cambiaron las placas originales por otras falsas y lo trasladaron a Madrid, donde lo entregaron a otros terroristas. Cumplida su misión, los dos volvieron al País Vasco.
Los autores materiales del atentado siguen todavía sin estar juzgados. Las Fuerzas de Seguridad consideran que una de las autoras es María Soledad Iparraguirre, alias Anboto. Ella y su pareja, Mikel Albisu, alias Mikel Antza, fueron capturados el 3 de octubre de 2004 en una casa de Salies de Béarn (suroeste de Francia). El 17 de diciembre de 2010 ambos fueron condenados en Francia a 20 años de cárcel. En el mismo fallo, la justicia francesa dio el visto bueno para su extradición a España donde serán juzgados por diferentes delitos.