ESTANISLAO GALÍNDEZ LLANO (Amurrio, Alava, España)

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ESTANISLAO GALÍNDEZ LLANO ETA, Amurrio, Alava, Araba, España, Spain, 26 Junio, 26/06/85

El 26 de junio de 1985 es asesinado, a primera hora de la mañana, el cartero de la localidad alavesa de Amurrio, ESTANISLAO GALÍNDEZ LLANO, cuando se dirigía en su bicicleta a la oficina local de Correos, donde trabajaba.
Cuatro años antes, el 25 de julio de 1981, su hermano Félix Galíndez Llano también fue asesinado por ETA. Ese mismo día aparecieron en Amurrio unas octavillas en las que, bajo la acusación de ser informadores de la Policía, se amenazaba de muerte a cuatro vecinos del pueblo, entre los que figuraban los hermanos Galíndez. Como escribió Ramón Jáuregui en El país que yo quiero. Memoria y ambición de Euskadi (Planeta, 1994), Estanislao "no había entendido el mensaje, el de su hermano, y se lo repitieron. Me consta. Nada más".
El asesinato de Estanislao tuvo lugar a las 8:55 horas. Poco antes, en el barrio de Lezama situado a las afueras de Amurrio, dos jóvenes, que se identificaron como miembros de ETA, obligaron al propietario de un vehículo Seat Málaga a introducirse en el maletero del coche, dejándolo atado y amordazado. Tras recoger en el trayecto a otras dos personas, entre las que figuraba una mujer, el vehículo se dirigió a la calle de Mendico, un camino vecinal que comunica el centro de la localidad con las escuelas públicas de la misma y algunas casas dispersas, en una de las cuales vivía la víctima.
El cartero, montado en su bicicleta y vestido de uniforme, fue abordado a la altura de un colegio, junto a una fábrica de muebles, por los ocupantes del vehículo robado. Desde el interior del maletero, el propietario del coche llegó a oír los gritos de Estanislao, que tuvo tiempo de pedir auxilio hasta por tres veces al ver como descendían del vehículo dos hombres y una mujer arma en mano. Los etarras le dispararon dos veces en la cabeza y una en el corazón. El cuerpo de Estanislao quedó tendido en el suelo, junto a la bicicleta y la saca de cuero.
En el lugar del atentado fueron hallados tres casquillos, así como una bala sin percutir, marca Geco, calibre 9 milímetros parabellum. El coche utilizado por los agresores, con su propietario encerrado en el portamaletas, fue encontrado hacia las 11:00 horas en la aldea de Larrimbe, a cinco kilómetros de Amurrio.
La banda terrorista ETA justificó el asesinato de Galíndez en un comunicado enviado a varios medios de comunicación en el que acusaba a la víctima de colaborar con la Guardia Civil.
El alcalde de la localidad, Ángel Sasiain, del PNV, amigo y vecino de la víctima, comentó que Estanislao sólo se dedicaba "a su familia y a su trabajo, servicial y querido por todos" y que representaba a "la derecha más civilizada y dialogante". Era, según Sasiain, la persona más trabajadora del pueblo. La misma mañana del asesinato, el alcalde declaró una jornada de luto oficial. En la moción para condenar el asesinato, Herri Batasuna se abstuvo.
Al día siguiente, la práctica totalidad del pueblo asistió a la misa funeral, oficiada por quince sacerdotes, entre ellos su hermano Sixto, misionero en Filipinas, que también había oficiado cuatro años antes el funeral de Félix Galíndez. En el caso de Estanislao, Sixto pudo administrarle la extremaunción mientras agonizaba en la calle Mendico de Amurrio.
En 1991 la Audiencia Nacional condenó al etarra Juan Carlos Arruti Azpitarte a 35 años de prisión por el asesinato del cartero de Amurrio.
Estanislao Galíndez Llano tenía 63 años, estaba casado y era padre de ocho hijos (siete chicas y un chico), con edades comprendidas entre los 28 y los 11 años, seis de los cuales seguían todavía en el domicilio familiar. Había nacido en la aldea alavesa de Lecamaña, cercana a Amurrio, en 1921, y le faltaban sólo diecisiete meses para alcanzar la jubilación, tras trabajar durante cuarenta años como cartero. No escondía sus ideas políticas, pues estabaorgulloso de ser católico y conservador, y en la localidad alavesa le consideraban una bellísima persona y era querido por la mayoría de los vecinos. Lo mismo opinaban de él sus compañeros en la estafeta de Correos.