El 23 de noviembre de 1982 fallece CARLOS MANUEL PATIÑO CASANOVA, cinco días después de haber sido ametrallado por miembros de la banda terrorista ETA cuando, en compañía de dos compañeros de trabajo, Esteban Fariña González y Francisco Rosco Herrauzo –pintores de profesión como Carlos– circulaba por Rentería (Guipúzcoa) en un vehículo propiedad de Fariña. Los etarras, miembros del grupo Donosti, les esperaban a bordo de un Renault 12 y estaban convencidos de que los tres eran guardias civiles. Según fuentes policiales, la confusión pudo deberse a que el vehículo perteneció a un guardia civil al que, mucho tiempo antes, se lo habría comprado Esteban Fariña.
Los tres vecinos trabajaban por cuenta propia en el empapelado y pintado de viviendas y resultaron alcanzados por numerosos impactos de bala en distintas partes del cuerpo. Esteban Fariñas, de 26 años, y Francisco Rosco, de 38, consiguieron sobrevivir, pero no así Carlos Manuel Patiño, que falleció cinco días después.
El ametrallamiento se produjo a las 12:45 horas cuando los tres trabajadores se disponían a aparcar el vehículo que ocupaban, un Seat 127. En ese momento un individuo efectuó, desde un turismo Renault 12 de color granate, varios disparos de pistola contra las ruedas del Seat 127, que quedó inmovilizado. Un terorrista que, según testigos presenciales, no aparentaba más de veinte años, descendió a continuación del Renault 12 portando una metralleta y abriendo fuego en abanico, de frente y a corta distancia, contra sus víctimas. Los otros dos ocupantes del coche dispararon también desde el mismo con otra metralleta y una pistola.
Las balas alcanzaron a varios coches aparcados en las inmediaciones y a un autobús escolar que se dirigía a recoger a los niños del barrio, sin llegar a herir al conductor ni a la profesora, que se encontraban en su interior y que tuvieron que arrojarse al suelo. Acto seguido, los pistoleros de la banda, sin dejar de disparar, huyeron precipitadamente en el mismo Renault 12 a toda velocidad en dirección a la autopista Bilbao-Behovia. En el lugar de los hechos, la Policía recogió más de veinte casquillos de bala del calibre 9 milímetros parabellum.
Ante lo que había sido un evidente error de la banda asesina y chapucera, ETA tardó varios días en reivindicar el atentado, y cuando lo hizo, el 23 de noviembre, intentó justificarlo mediante argumentos falsos, señalando que los tres trabajadores ametrallados pertenecía a un "grupo especial de información" y que eran "agentes mercenarios para control de refugiados políticos". El comunicado no hizo sino aumentar la indignación de los vecinos del barrio de Capuchinos de Rentería, que negaron las acusaciones de la banda de que los pintores cruzasen la frontera francesa para hacer vigilancias.
En 1984 la Audiencia Nacional condenó a Jesús María Zabarte Arregui a 27 años por el asesinato de Carlos Manuel Patiño, y a 18 años más por cada uno de los asesinatos frustrados.
Carlos Manuel Patiño Casanova tenía 29 años. Era natural de Villamayor (La Coruña). Estaba casado y tenía dos hijos. Fue herido gravemente en la zona lumbar, el recto, glúteo derecho, muslo izquierdo, e ingresó en el hospital con un grave shock hemorrágico. Falleció a las 23:50 horas del 23 de noviembre. El 25 de noviembre por la tarde tuvo lugar el funeral por el alma de Carlos en la parroquia de San Marcial con la asistencia de unos trescientos vecinos de la localidad guipuzcoana. Previamente, a las 17:30 horas, recibieron sepultura los restos mortales de la víctima.