Minutos antes de las nueve de la noche del 19 de noviembre de
1991, Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias Gadafi, asesinaba de dos tiros por la
espalda al sargento de la Guardia Civil PEDRO CARBONERO FERNÁNDEZ, mientras
paseaba con su novia, Gracia Oliva, por Galdácano (Vizcaya). El sargento cayó
al suelo herido y Gadafi lo remató con un tiro en la cabeza. A continuación se
montó en un taxi robado, donde le esperaba Javier Martínez Izaguirre, y
emprendieron la huida.Trasladado urgentemente al Hospital de Galdácano por la
asociación de ayuda en carretera Detente y Ayuda (DYA) ingresó en el hospital
con parada cardiorrespiratoria y tres heridas por arma de fuego: una con
orifico de entrada en la nuca y salida en la frente y dos impactos más en los
costados, a la altura de la axila. Los médicos certificaron su fallecimiento
una hora después de su ingreso en el hospital.
Los asesinos abandonaron el taxi a dos kilómetros del lugar de los
hechos, en la calle Larrazabal de Basauri. Hasta ahí se trasladaron artificieros
del Cuerpo Nacional de Policía que inspeccionaron cuidadosamente el vehículo,
sin resultados, en previsión de que pudiera albergar explosivos. El coche había
sido robado a punta de pistola sobre las 20:30 horas en la parada de taxis del
propio Galdácano.
En la madrugada del día siguiente, 20 de noviembre, se instaló en
el Gobierno Civil la capilla ardiente. El funeral tuvo lugar a la una y media
del mediodía en la Iglesia de los Padres Agustinos de Bilbao.
Como pudo confirmarse posteriormente, gracias a la investigación
policial y judicial que llevó a la detención y puesta a disposición judicial de
los autores materiales y su cómplice, Juan Manuel Tobalina Rodríguez, los
terroristas seguían los pasos del sargento y conocían muy bien su costumbre de
dar una vuelta por la localidad antes de regresar a la casa cuartel. En 1996 la
Audiencia Nacional condenó a Javier Martínez Izaguirre, como autor responsable
del asesinato del sargento Carbonero, a la pena de de 30 años de reclusión
mayor. La misma sentencia condenó a Juan Manuel Tobalina Rodríguez en concepto
de encubridor a 10 años de prisión mayor. Once años después, en enero de 2007,
la Audiencia Nacional condenó a Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, a 30 años
de prisión mayor como autor material del asesinato.
Según el relato de los hechos recogido en las dos sentencias,
Martínez Izaguirre e Iglesias Chouzas planificaron, con la ayuda de Tobalina
Rodríguez, asesinar al sargento Carbonero en noviembre de 1991. Tras someterlo
a vigilancia previa para confirmar sus itinerarios y rutinas, intentaron
cometer el atentado el día anterior, 18 de noviembre. Ese día, por la tarde,
fueron trasladados porJuan Manuel Tobalina en un vehículo hasta Galdácano,
donde Gadafi y Martínez Izaguirre tomaron un taxi. Instantes después de
iniciado el trayecto se identificaron al conductor como miembros de ETA y le
obligaron a que los llevara hasta el barrio de Elejalde, "donde le hacen
descender, continuando aquellos con el vehículo". Sin embargo no localizan
al sargento y regresan al lugar donde habían dejado al taxista,
"obligándole a llevarles hasta Basauri, donde Iglesias Chouzas y Martínez
Izaguirre se apean, entregan al conductor 3.000 pesetas (unos 18 euros) y le
advierten que no denuncie lo sucedido".
Al día siguiente, 19 de noviembre, ambos volvieron a trasladarse
hasta Galdácano. Sobre las 20:40 horas tomaron un taxi y, tras amenazar al
conductor mostrándole una pistola, le dijeron "somos miembros de ETA"
y le obligaron a que se bajara del coche en las proximidades del Ayuntamiento.
A continuación los dos se dirigieron hacia la calle Juan Bautista Uriarte y, a
la altura del número 53, localizaron a Carbonero, que regresaba hacia el
cuartel de la Guardia Civil en compañía de su pareja. Gadafi se bajó del taxi
y, situándose detrás del sargento de la Guardia Civil, le disparó dos tiros que
le alcanzaron en la zona izquierda del tórax. Una vez en el suelo, el asesino
lo remató con otro disparo a bocajarro en la región occipital. A continuación,
huyeron del lugar y se refugiaron en el domicilio de Juan Manuel Tobalina.
En enero de 2008 el Tribunal Supremo rechazó el recurso presentado
por la Asociación de Víctimas del Terrorismo en nombre de la novia y los cuatro
hijos del sargento asesinado. La sentencia de 2007 establecía una indemnización
de 180.000 euros para la pareja de Pedro Carbonero y una cantidad igual para
los cuatro hijos, a la que tendrían que hacer frente solidariamente Iglesias
Chouzas y Martínez Izaguirre. La familia del sargento asesinado interpuso el
recurso por considerar que existía un agravio comparativo en relación a otras
indemnizaciones establecidas a otras víctimas del terrorismo.
Pedro Carbonero Fernández, sargento de la Guardia Civil de 54
años, estaba viudo y tenía cuatro hijos, tres chicos y una chica, con edades
comprendidas entre los 27 y los 22 años. Natural de la localidad cacereña de
Peraleda de San Román, donde fueron inhumados sus restos mortales, llevaba
diecisiete años destinado en el País Vasco. Cuando fue asesinado desempeñaba el
cargo de jefe del puesto de la Guardia Civil de Galdácano.