MARTÍN DURAN GRANDE (Bilbao, Vizcaya, España)

http://goo.gl/maps/fY67z
MARTÍN DURAN GRANDE ETA, Bilbao, Vizcaya, Bizkaia, España, 15/09/74
El 15 de septiembre de 1974 fallecía en el Hospital Militar de Bilbao el guardia civil MARTÍN DURAN GRANDE tras ser herido gravemente el 11 de septiembre en un enfrentamiento con miembros de la banda terrorista ETA en la capital vizcaína.

La operación de la Guardia Civil se había iniciado la noche del 10 de septiembre, cuando varios etarras intentaban llegar a España desde Francia a través del río Bidasoa. Agentes de la Guardia Civil les sorprendieron cerca de la Isla de los Faisanes (Hendaya), en el momento en que desde la parte española (Irún) un individuo salía de un automóvil y trataba de llegar a la embarcación. Al ser descubiertos por la Guardia Civil, abrieron fuego y se internaron en un monte, donde pudo ser detenido uno de ellos, el etarra Vicente Gurruchaga Escenarro. Aprovechando la confusión, los ocupantes de la barca consiguieron huir, cruzando nuevamente la frontera franco-española.

Con la información que obtuvieron tras la detención del etarra, se localizó un piso en el número 59 de la calle Doctor Areilza, de Bilbao, que la Guardia Civil sospechaba que podría estar siendo utilizado por miembros de ETA. El día 11 de septiembre, por la mañana, efectivos policiales entraron en el piso y detuvieron a la etarra María Dolores González Cataraín, alias Yoyes, que doce años más tarde sería asesinada por sus excompañeros. Yoyes, que por entonces tenía 18 años, llevaba en un bolso una pistola Firebird, 9 milímetros parabellum, con dos cargadores.

Poco después, mientras los agentes estaban en la vivienda, llegaron otros dos miembros de la banda. Uno de ellos, José Antonio Inchaustegui Elizondo, alias El Duque, fue detenido, mientras que el otro, Juan José Urcelay Imaz, emprendió la huida seguido por el guardia civil Martín Durán Grande. El etarra, en su fuga, disparó contra el agente, que recibió dos disparos: uno en el vientre y otro en la pierna izquierda. A continuación, intentó escapar a través de una de las viviendas del inmueble, a la que entró amenazando a sus ocupantes (una señora de avanzada edad y su hija), pero desistió por la altura del balcón. Urcelay prosiguió su huida y, pensando que podría haber guardias en el portal del edificio, salió a la calle dando tiros. Uno de los disparos hirió en el glúteo a una transeúnte, Andrea Villamore Silva, de 58 años y natural de La Coruña. Martín Durán Grande, pese a estar gravemente herido, prosiguió la persecución de Urcelay Imaz, desplomándose en el suelo nada más salir a la calle.

RICARDO GONZÁLEZ COLINO (San Sebastián, Guipúzcoa, España)

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RICARDO GONZÁLEZ COLINO ETA, San Sebastián, Donostia, Guipúzcoa, Gipuzkoa, España, 14/09/92

A la una y cuarto de la madrugada del lunes 14 de septiembre de 1992, un miembro de la banda terrorista ETA asesinaba en San Sebastián (Guipúzcoa) al policía nacional RICARDO GONZÁLEZ COLINO, disparándole a bocajarro un tiro en la cabeza.
Ricardo, que estaba fuera de servicio y vestía de paisano, se encontraba a punto de comenzar una partida de cartas, en el Bar 19 de la calle Eguía de San Sebastián, del que era asiduo cliente. Junto a él, sentados a la mesa, estaban el dueño del bar y un amigo, cuando entró un encapuchado vestido con un chubasquero azul y, sin mediar palabra, le descerrajó un tiro en la nuca y escapó a pie, aprovechando la confusión de los compañeros de partida del agente asesinado. Ricardo falleció prácticamente en el acto, quedando la bala alojada en su cabeza. En la escena del crimen se recogió un casquillo del calibre 9 milímetros parabellum.

FÉLIX GALLEGO SALMÓN (Vitoria, Alava, España)

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FÉLIX GALLEGO SALMÓN ETA, Vitoria, Gasteiz, Alava, Araba, España 14/09/82
El sábado 14 de septiembre de 1985, pasadas las diez y media de la mañana, la banda terrorista ETA asesinaba en Vitoria (Álava) al policía nacional FÉLIX GALLEGO SALMÓN, mediante la colocación de una bomba-lapa en los bajos de su vehículo particular. En el mismo atentado, Cándido Martín Franco, amigo de Félix Gallego, resultaba gravemente herido.
En torno a las once menos veinte de ese día, el policía Félix Gallego, agente de policía disfrutando de vacaciones, y su amigo Cándido Martín, chatarrero de profesión, se montaron en el coche de Félix, un Simca 1200 de color azul, aparcado en la calle Eulogio Serdán, en el casco viejo de Vitoria. Instantes después de subirse ambos, el vehículo hizo explosión originando graves heridas a Cándido Martín y provocando la amputación de ambas piernas, así como de un brazo, al policía nacional Félix Gallego. La explosión provocó daños en los vehículos aparcados en las cercanías y destruyó la práctica totalidad de los cristales del edificio colindante. Los restos del vehículo fueron proyectados a más de treinta metros de distancia y el brazo de Félix apareció en el jardín de una guardería cercana. Según fuentes policiales, el artefacto consistía en un sofisticado mecanismo conectado al pedal del acelerador, con una carga explosiva compuesta por unos tres kilos de goma-2. En ese mismo lugar había sido asesinado de un tiro en la nuca, el 29 de julio de ese mismo año, el subcomisario del Cuerpo Superior de Policía Agustín Ruiz de Retana, en un atentado reivindicado por ETA militar. Pocos meses después, el centro de Vitoria volvía a ser escenario del horror, con Félix Gallego agonizando y Cándido Martín, gravemente herido, aprisionado bajo el chasis del vehículo. Ambos amigos fueron trasladados con vida al Hospital de Santiago Apóstol, pero Félix Gallego falleció antes de que los médicos pudieran siquiera intervenirle. Presentaba "amputación traumática de ambas piernas a la altura de los muslos, heridas y erosiones múltiples y choque hipovolémico". Cándido fue sometido a una delicada intervención. Presentaba "heridas con pérdida de sustancia en la pierna izquierda, contusiones en la cabeza, el tórax y una muñeca, así como choque traumático, traumatismo craneal y contusión en globos oculares", siendo calificado su estado como de grave, pese a lo cual logró sobrevivir al atentado. Félix, sin embargo, elevaba a veintinueve el número de asesinados en actos de terrorismo en lo que llevaba transcurrido de año, de los que siete eran policías nacionales.

ANTONIO CEDILLO TOSCANO (Rentería, Guipúzcoa, España)


ANTONIO CEDILLO TOSCANO ETA, Rentería, Errenteria,  Guipúzcoa, Gipuzkoa,  España, 14/09/82
En torno a las once de la mañana del martes 14 de septiembre de 1982, la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en una emboscada en Oyarzun (Guipúzcoa) a los policías nacionales JESÚS ORDÓÑEZ PÉREZ, JUAN SERONERO SACRISTÁN y ALFONSO LÓPEZ FERNÁNDEZ. El también policía nacional ANTONIO CEDILLO TOSCANO resultó gravemente herido mientras intentaba repeler la agresión. Un camionero lo encontró arrastrándose en la carretera y lo subió a la furgoneta para llevarlo al hospital más cercano. Varios de los terroristas detuvieron el vehículo y, tras intimidar al conductor, no dudaron en rematar de un tiro en la nuca al agente herido. En el mismo tiroteo también sufrió graves heridas un quinto policía nacional, Juan José Torrente Terrón, que recibió disparos en el brazo derecho, el tórax, el muslo derecho y la pierna izquierda.
Antonio Cedillo Toscano, natural de Olivares (Sevilla), tenía 29 años y estaba casado con María Dolores García Rodríguez, cuatro años menor que él. Teníanun hijo que, en el momento del asesinato tenía dos años. Tras su fallecimiento fue nombrado hijo predilecto de la localidad de Olivares. El 16 de abril de 1995, su viuda comentaba: "Abran los ojos, miren al cielo y si creen en algo, de una vez por todas comprendan que no se puede arrebatar de una manera tan injusta la vida de nadie. Me da vergüenza. Nunca en tantos años he pensado en la venganza, pero sí estoy esperando que se haga justicia. Y créanme señores gobernantes, que no es tan difícil. Basta con mirar los últimos asesinatos para ver que no es el camino. A la paz sólo se llega implantando Justicia".
A las once de la mañana los cinco agentes se desplazaron hasta la venta Susperregui, en el caserío Franchilla, con objeto de tomar unos bocadillos a modo de almuerzo. Tres de ellos habían llegado vestidos de uniforme en un coche Z con distintivos oficiales, mientras que los otros dos vestían de paisano y viajaban en un Seat 131 Supermirafiori de color azul marino y sin ningún tipo de identificación policial. Hacía cerca de un mes que ningún miembro de las fuerzas de seguridad visitaba el establecimiento, tal y como relató la propietaria del mismo a la prensa tras el atentado. Sin embargo, durante veintitrés días consecutivos, cinco de los seis miembros del grupo Donosti que tenderían la emboscada del día 14, subieron al Alto de Perurena, en las inmediaciones del caserío, para controlar el paso de vehículos policiales y ejecutar una acción terrorista en la que asesinar a todos sus pasajeros. Aquel día, los terroristas divisaron a los dos vehículos en su salida de la venta, circulando por la carretera que enlaza San Sebastián y Rentería, en dirección a esta última población. En las proximidades de las cuevas de Landarbaso (Aitzbitarte), a unos trescientos metros del parque Listorreta, los vehículos policiales se vieronobligados a aminorar la marcha en una curva muy pronunciada, reduciendo considerablemente la velocidad. En esa curva, al paso por una pequeña hondonada, y a unos ochocientos metros de la venta donde habían almorzado, los dos coches se vieron envueltos en un fuego cruzado desde varios puntos con armas automáticas. Dado lo accidentado del terreno y la escasa velocidad de los vehículos, resultaban un objetivo fácil para una emboscada. Los policías trataron de repeler el ataque abriendo fuego con sus pistolas, pero sin llegar a hacer blanco sobre ninguno de los terroristas. Dos de los agentes, Jesús Ordóñez Pérez y Juan Seronero Sacristán, fallecieron en el acto siendo acribillados bajo el fuego cruzado. Los otros tres, Alfonso López Fernández, Antonio Cedillo Toscano y Juan José Torrente Terrón, fueron heridos, todos ellos de gravedad. Los dos vehículos quedaron empotrados contra el arcén y recibieron cerca de un centenar de impactos de bala.

ALFONSO LÓPEZ FERNÁNDEZ (Rentería, Guipúzcoa, España)


ALFONSO LÓPEZ FERNÁNDEZ ETA, Rentería, Errenteria,  Guipúzcoa, Gipuzkoa,  España, 14/09/82
En torno a las once de la mañana del martes 14 de septiembre de 1982, la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en una emboscada en Oyarzun (Guipúzcoa) a los policías nacionales JESÚS ORDÓÑEZ PÉREZ, JUAN SERONERO SACRISTÁN y ALFONSO LÓPEZ FERNÁNDEZ. El también policía nacional ANTONIO CEDILLO TOSCANO resultó gravemente herido mientras intentaba repeler la agresión. Un camionero lo encontró arrastrándose en la carretera y lo subió a la furgoneta para llevarlo al hospital más cercano. Varios de los terroristas detuvieron el vehículo y, tras intimidar al conductor, no dudaron en rematar de un tiro en la nuca al agente herido. En el mismo tiroteo también sufrió graves heridas un quinto policía nacional, Juan José Torrente Terrón, que recibió disparos en el brazo derecho, el tórax, el muslo derecho y la pierna izquierda.
Alfonso López Fernández, nacido en Argentina, tenía 30 años cuando fue asesinado. Estaba casado y era padre de un niño de 3 años. Había ingresado en el Cuerpo Nacional de Policía tres años antes.
A las once de la mañana los cinco agentes se desplazaron hasta la venta Susperregui, en el caserío Franchilla, con objeto de tomar unos bocadillos a modo de almuerzo. Tres de ellos habían llegado vestidos de uniforme en un coche Z con distintivos oficiales, mientras que los otros dos vestían de paisano y viajaban en un Seat 131 Supermirafiori de color azul marino y sin ningún tipo de identificación policial. Hacía cerca de un mes que ningún miembro de las fuerzas de seguridad visitaba el establecimiento, tal y como relató la propietaria del mismo a la prensa tras el atentado. Sin embargo, durante veintitrés días consecutivos, cinco de los seis miembros del grupo Donosti que tenderían la emboscada del día 14, subieron al Alto de Perurena, en las inmediaciones del caserío, para controlar el paso de vehículos policiales y ejecutar una acción terrorista en la que asesinar a todos sus pasajeros. Aquel día, los terroristas divisaron a los dos vehículos en su salida de la venta, circulando por la carretera que enlaza San Sebastián y Rentería, en dirección a esta última población. En las proximidades de las cuevas de Landarbaso (Aitzbitarte), a unos trescientos metros del parque Listorreta, los vehículos policiales se vieronobligados a aminorar la marcha en una curva muy pronunciada, reduciendo considerablemente la velocidad. En esa curva, al paso por una pequeña hondonada, y a unos ochocientos metros de la venta donde habían almorzado, los dos coches se vieron envueltos en un fuego cruzado desde varios puntos con armas automáticas. Dado lo accidentado del terreno y la escasa velocidad de los vehículos, resultaban un objetivo fácil para una emboscada. Los policías trataron de repeler el ataque abriendo fuego con sus pistolas, pero sin llegar a hacer blanco sobre ninguno de los terroristas. Dos de los agentes, Jesús Ordóñez Pérez y Juan Seronero Sacristán, fallecieron en el acto siendo acribillados bajo el fuego cruzado. Los otros tres, Alfonso López Fernández, Antonio Cedillo Toscano y Juan José Torrente Terrón, fueron heridos, todos ellos de gravedad. Los dos vehículos quedaron empotrados contra el arcén y recibieron cerca de un centenar de impactos de bala.

JUAN SERONERO SACRISTÁN (Rentería, Guipúzcoa, España)

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JUAN SERONERO SACRISTÁN  ETA, Rentería, Errenteria,  Guipúzcoa, Gipuzkoa,  España, 14/09/82
En torno a las once de la mañana del martes 14 de septiembre de 1982, la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en una emboscada en Oyarzun (Guipúzcoa) a los policías nacionales JESÚS ORDÓÑEZ PÉREZ, JUAN SERONERO SACRISTÁN y ALFONSO LÓPEZ FERNÁNDEZ. El también policía nacional ANTONIO CEDILLO TOSCANO resultó gravemente herido mientras intentaba repeler la agresión. Un camionero lo encontró arrastrándose en la carretera y lo subió a la furgoneta para llevarlo al hospital más cercano. Varios de los terroristas detuvieron el vehículo y, tras intimidar al conductor, no dudaron en rematar de un tiro en la nuca al agente herido. En el mismo tiroteo también sufrió graves heridas un quinto policía nacional, Juan José Torrente Terrón, que recibió disparos en el brazo derecho, el tórax, el muslo derecho y la pierna izquierda.
Juan Seronero Sacristán tenía 35 años. Nacido en Gijón, estaba casado con María Jesús Fonseca y tenía una hija. El 6 de septiembre de 2006, La Nueva España publicaba unas palabras de su viuda en las que se mostraba optimista respecto al alto el fuego que había sido recientemente decretado por ETA: "Me parece perfecto que haya una tregua porque va siendo hora de que estos señores, por llamarlos de alguna manera, dejen de matar". Según LNE, María Jesús Fonseca "quiere pasar página y olvidar cuanto antes el horror de ETA y la mejor forma de empezar para ella es sabiendo que la banda armada ha dejado la violencia para siempre".
A las once de la mañana los cinco agentes se desplazaron hasta la venta Susperregui, en el caserío Franchilla, con objeto de tomar unos bocadillos a modo de almuerzo. Tres de ellos habían llegado vestidos de uniforme en un coche Z con distintivos oficiales, mientras que los otros dos vestían de paisano y viajaban en un Seat 131 Supermirafiori de color azul marino y sin ningún tipo de identificación policial. Hacía cerca de un mes que ningún miembro de las fuerzas de seguridad visitaba el establecimiento, tal y como relató la propietaria del mismo a la prensa tras el atentado. Sin embargo, durante veintitrés días consecutivos, cinco de los seis miembros del grupo Donosti que tenderían la emboscada del día 14, subieron al Alto de Perurena, en las inmediaciones del caserío, para controlar el paso de vehículos policiales y ejecutar una acción terrorista en la que asesinar a todos sus pasajeros. Aquel día, los terroristas divisaron a los dos vehículos en su salida de la venta, circulando por la carretera que enlaza San Sebastián y Rentería, en dirección a esta última población. En las proximidades de las cuevas de Landarbaso (Aitzbitarte), a unos trescientos metros del parque Listorreta, los vehículos policiales se vieronobligados a aminorar la marcha en una curva muy pronunciada, reduciendo considerablemente la velocidad. En esa curva, al paso por una pequeña hondonada, y a unos ochocientos metros de la venta donde habían almorzado, los dos coches se vieron envueltos en un fuego cruzado desde varios puntos con armas automáticas. Dado lo accidentado del terreno y la escasa velocidad de los vehículos, resultaban un objetivo fácil para una emboscada. Los policías trataron de repeler el ataque abriendo fuego con sus pistolas, pero sin llegar a hacer blanco sobre ninguno de los terroristas. Dos de los agentes, Jesús Ordóñez Pérez y Juan Seronero Sacristán, fallecieron en el acto siendo acribillados bajo el fuego cruzado. Los otros tres, Alfonso López Fernández, Antonio Cedillo Toscano y Juan José Torrente Terrón, fueron heridos, todos ellos de gravedad. Los dos vehículos quedaron empotrados contra el arcén y recibieron cerca de un centenar de impactos de bala.

JESÚS ORDÓÑEZ PÉREZ (Rentería, Guipúzcoa, España)

http://g.co/maps/pa94a
JESÚS ORDÓÑEZ PÉREZ ETA, Rentería, Errenteria,  Guipúzcoa, Gipuzkoa,  España, 14/09/82
En torno a las once de la mañana del martes 14 de septiembre de 1982, la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en una emboscada en Oyarzun (Guipúzcoa) a los policías nacionales JESÚS ORDÓÑEZ PÉREZ, JUAN SERONERO SACRISTÁN y ALFONSO LÓPEZ FERNÁNDEZ. El también policía nacional ANTONIO CEDILLO TOSCANO resultó gravemente herido mientras intentaba repeler la agresión. Un camionero lo encontró arrastrándose en la carretera y lo subió a la furgoneta para llevarlo al hospital más cercano. Varios de los terroristas detuvieron el vehículo y, tras intimidar al conductor, no dudaron en rematar de un tiro en la nuca al agente herido. En el mismo tiroteo también sufrió graves heridas un quinto policía nacional, Juan José Torrente Terrón, que recibió disparos en el brazo derecho, el tórax, el muslo derecho y la pierna izquierda.
Jesús Ordóñez Pérez, natural de Jaén, fue enterrado en Valencia por ser la ciudad en la que creció, habiéndose trasladado allí sus padres cuando era un niño. Tenía 25 años y estaba casado.
A las once de la mañana los cinco agentes se desplazaron hasta la venta Susperregui, en el caserío Franchilla, con objeto de tomar unos bocadillos a modo de almuerzo. Tres de ellos habían llegado vestidos de uniforme en un coche Z con distintivos oficiales, mientras que los otros dos vestían de paisano y viajaban en un Seat 131 Supermirafiori de color azul marino y sin ningún tipo de identificación policial. Hacía cerca de un mes que ningún miembro de las fuerzas de seguridad visitaba el establecimiento, tal y como relató la propietaria del mismo a la prensa tras el atentado. Sin embargo, durante veintitrés días consecutivos, cinco de los seis miembros del grupo Donosti que tenderían la emboscada del día 14, subieron al Alto de Perurena, en las inmediaciones del caserío, para controlar el paso de vehículos policiales y ejecutar una acción terrorista en la que asesinar a todos sus pasajeros. Aquel día, los terroristas divisaron a los dos vehículos en su salida de la venta, circulando por la carretera que enlaza San Sebastián y Rentería, en dirección a esta última población. En las proximidades de las cuevas de Landarbaso (Aitzbitarte), a unos trescientos metros del parque Listorreta, los vehículos policiales se vieronobligados a aminorar la marcha en una curva muy pronunciada, reduciendo considerablemente la velocidad. En esa curva, al paso por una pequeña hondonada, y a unos ochocientos metros de la venta donde habían almorzado, los dos coches se vieron envueltos en un fuego cruzado desde varios puntos con armas automáticas. Dado lo accidentado del terreno y la escasa velocidad de los vehículos, resultaban un objetivo fácil para una emboscada. Los policías trataron de repeler el ataque abriendo fuego con sus pistolas, pero sin llegar a hacer blanco sobre ninguno de los terroristas. Dos de los agentes, Jesús Ordóñez Pérez y Juan Seronero Sacristán, fallecieron en el acto siendo acribillados bajo el fuego cruzado. Los otros tres, Alfonso López Fernández, Antonio Cedillo Toscano y Juan José Torrente Terrón, fueron heridos, todos ellos de gravedad. Los dos vehículos quedaron empotrados contra el arcén y recibieron cerca de un centenar de impactos de bala.

JOSÉ MARÍA URQUIZU GOYOGANA (Durango, Vizcaya, España)

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JOSÉ MARÍA URQUIZU GOYOGANA ETA, Durango, Vizcaya, Bizkaia, España, 13/09/80
El 13 de septiembre de 1980 la banda terrorista ETA asesinaba en Durango (Vizcaya) al teniente coronel del Cuerpo de Sanidad JOSÉ MARÍA URQUIZU GOYOGANA. El teniente coronel se encontraba en la farmacia que, primero su padre y después su hermano, con ayuda de José María, regentaban en la localidad vizcaína. Hacia las doce menos cuarto de la mañana del 13 de septiembre de 1980, dos etarras, un hombre y una mujer, entraron en la farmacia familiar con la excusa de analizar una muestra de sangre y preguntaron por José María Urquizu. Cuando la víctima se inclinó sobre el microscopio, le dispararon dos tiros en la nuca a bocajarro, provocándole la muerte en el acto. En la habitación de al lado estaba su padre, de noventa años.
Testigos presenciales, empleados en los comercios situados frente a la farmacia, contaron que oyeron dos detonaciones seguidas y luego vieron cómo un hombre, que llevaba aún en la mano la pistola envuelta en un jersey, y una mujer, a cara descubierta, se dirigieron a pie por la misma acera de la farmacia hacia un callejón a la izquierda del establecimiento. En la calle de Ambrosio de Meabe, justamente en la trasera del edificio donde estaba la farmacia, un tercer terrorista les esperaba a bordo de un Seat 124, de color blanco, con el que se dieron a la fuga. El vehículo había sido robado una hora antes a punta de pistola en el centro de Durango.

MODESTO CARRIEGAS PÉREZ (Baracaldo, Vizcaya, España)

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MODESTO CARRIEGAS PÉREZ ETA, Baracaldo, Barakaldo, Vizcaya, Bizkaia, España, 13/09/79
El 13 de septiembre de 1979 la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en Baracaldo (Vizcaya) a MODESTO CARRIEGAS PÉREZ, director de la sucursal del Banco Hispano Americano en la localidad y candidato de Unión Foral, formación política que estaba federada a Alianza Popular.
El atentado se produjo en el portal de su domicilio en Baracaldo. Según la reconstrucción de los hechos, ya que no hubo testigos directos, Modesto Carriegas había salido de casa hacia las ocho, como hacía cada mañana, para dirigirse al Banco. Bajó por la escalera hacia el portal y, al llegar al pie de la misma, junto al ascensor, dos jóvenes encapuchados, que le esperaban escondidos en una escalera que conduce al sótano, situada a la izquierda del ascensor, le interceptaron el paso y le dispararon, a muy escasa distancia, cuatro tiros de pistola, dos de ellos en la cabeza y el estómago. Únicamente los vecinos y la propia familia pudieron escuchar con nitidez las cuatro detonaciones. Los empleados del Banco Pastor, cuyas oficinas se encontraban situadas puerta con puerta con el domicilio de la víctima, confirmaron el número de disparos. Fueron los primeros en acudir en auxilio de Modesto, que aparecía casi tumbado en el suelo, con una de las manos sobre el estómago. En ese momento bajaba precipitadamente las escaleras la propia esposa de la víctima, que, al escuchar los disparos, se imaginó inmediatamente lo que había ocurrido. Así lo recordaba su hijo Rafael:
"Mi padre se levantaba a las 7:30, se afeitaba con su maquinilla, desayunaba y antes de marchar siempre miraba en mi habitación y luego en la de mis hermanos. Yo oía desde la cama todos sus movimientos y recuerdo perfectamente el instante en que aquel día puso su mirada en nosotros. Salió de casa y minutos después mi tía Carmen vino corriendo sobresaltada, gritando: ‘Vuestro padre se ha caído por las escaleras’. Yo pensé: ‘Bueno, si se ha caído no será para tanto’. Me levanté rápido y cuando salí a la escalera, ella me dijo: ‘No puedes pasar de la puerta’. Entonces me asomé a la ventana que daba a la plaza y vi una ambulancia. Instantáneamente –no sé por qué- lo supe: ‘Le han matado’" (Iñaki Arteta y Alfonso Galletero, Olvidados, Adhara, 2006).

MARÍA ÁNGELES REY MARTÍNEZ (Madrid, Comunidad de Madrid, España)

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MARÍA ÁNGELES REY MARTÍNEZ   ETA, Madrid, Comunidad de Madrid, España, 13/09/74
El 13 de septiembre de 1974 la banda terrorista ETA provocaba su primera masacre haciendo explotar una bomba en la cafetería Rolando de la calle del Correo, muy cerca de la Puerta del Sol en Madrid. La cafetería era frecuentada por policías de la Dirección General de Seguridad y por ello se convirtió en objetivo de la banda asesina.

La bomba, compuesta por unos treinta kilos de dinamita, además de tuercas de unos dos centímetros que actuaron como metralla, fue colocada en los aseos del establecimiento. La explosión, que se produjo en torno a las 14:30 horas, fue brutal: el techo de la cafetería se derrumbó, sepultando materialmente a los clientes y los empleados de la misma, provocando la muerte casi en el acto de once personas, de dos más posteriormente, y heridas de diferente consideración a otras sesenta personas. La metralla causó gran cantidad de víctimas y muchas de ellas quedaron atrozmente mutiladas. La onda expansiva afectó también al autoservicio Tobobán, en la calle Mayor, donde estaban unas treinta personas, muchas de las cuales resultaron heridas. La potencia de la explosión fue tal que varias víctimas aparecieron totalmente desnudas y uno de los cuerpos fue lanzado contra la DGS.

Las otras once personas asesinadas eran civiles, clientes y empleados de la cafetería. Hasta el atentado de Hipercor en 1987, la masacre de la cafetería Rolando ostentaba el triste récord de ser el atentado con más víctimas mortales de la banda asesina. Las personas fallecidas el mismo día 13 de septiembre fueron: ANTONIO ALONSO PALACÍN, y su mujer MARÍA JESÚS ARCOS TIRADO; FRANCISCA BAEZA ALARCÓN; BALDOMERO BARRAL FERNÁNDEZ y su mujer, MARÍA JOSEFINA PÉREZ MARTÍNEZ; ANTONIO LOBO AGUADO; dos de los tres empleados de la cafetería que fallecerían en el atentado: FRANCISCO GÓMEZ VAQUERO y MANUEL LLANOS GANCEDO; LUIS MARTÍNEZ MARÍN; CONCEPCIÓN PÉREZ PAÍNO y la estudiante MARÍA ÁNGELES REY MARTÍNEZ.

María Ángeles Rey Martínez era una estudiante de 20 años, nacida en Burgos, que había empezado a trabajar en el verano de 1974 haciendo prácticas como administrativa en un taller de electricidad. Había suspendido una asignatura, por lo que fue a Madrid para presentarse a los exámenes de septiembre. El 13 de septiembre fue con unas amigas a comer a la cafetería Rolando, cuando explotó la bomba colocada por la banda asesina ETA. Así rememoraba Francisco Rey cómo se enteró del asesinato de su hija: "Yo salí de trabajar aquel día y me fui a casa sobre la hora del telediario (...) Estaba sentado y dieron la noticia. ‘Mecachis’, me dije, ‘a ver si me ha tocado la china’. No hago más que pensar esto cuando llaman a la puerta y se presenta la Policía en casa. Era la policía de Burgos que había venido hasta el pueblo donde vivíamos, y me dicen: ‘¿Francisco Rey?’ ‘Sí’, les digo. ‘Venga con nosotros a comisaría que ha tenido un percance su hija en Madrid’. No me dijeron nada más, ni en qué estado estaba, ni si había muerto o no (...) Tiempo después y a través de sus compañeras pude saber cómo había ocurrido todo. Ellas entraron a comer a la cafetería Rolando. Se aproximaron al mostrador y entonces, -no sé la gente que habría, si estaba a tope o no-, se repartieron las funciones. Mientras unas fueron a la barra a pedir la comida o el aperitivo, mi hija se separó del resto, supongo que unos metros, para coger mesa. Y fue en ese momento cuando explotó la bomba. (...) Mi hija cayó en el acto y a las amigas no les pasó nada, unos arañazos y poco más. (...) Aquellas Navidades fueron muy tristes, muy tristes. Veías a la gente contenta, en la calle, haciendo compras, llena de alegría y tú con tu tristeza y tu pena. Era muy triste para toda la familia. Mi hijo pequeño, que tenía siete años cuando murió su hermana, parece que se dio menos cuenta, pero las otras dos hijas, que tenían dieciséis y catorce, sí que lo sintieron mucho. Mª Ángeles era su hermana mayor y estaban muy unidas a ella. Les costó mucho superarlo" (Iñaki Arteta y Alfonso Galletero, Olvidados, Adhara, 2006).

CONCEPCIÓN PÉREZ PAÍNO (Madrid, Comunidad de Madrid, España)

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CONCEPCIÓN PÉREZ PAÍNO   ETA, Madrid, Comunidad de Madrid, España, 13/09/74
El 13 de septiembre de 1974 la banda terrorista ETA provocaba su primera masacre haciendo explotar una bomba en la cafetería Rolando de la calle del Correo, muy cerca de la Puerta del Sol en Madrid. La cafetería era frecuentada por policías de la Dirección General de Seguridad y por ello se convirtió en objetivo de la banda asesina.

La bomba, compuesta por unos treinta kilos de dinamita, además de tuercas de unos dos centímetros que actuaron como metralla, fue colocada en los aseos del establecimiento. La explosión, que se produjo en torno a las 14:30 horas, fue brutal: el techo de la cafetería se derrumbó, sepultando materialmente a los clientes y los empleados de la misma, provocando la muerte casi en el acto de once personas, de dos más posteriormente, y heridas de diferente consideración a otras sesenta personas. La metralla causó gran cantidad de víctimas y muchas de ellas quedaron atrozmente mutiladas. La onda expansiva afectó también al autoservicio Tobobán, en la calle Mayor, donde estaban unas treinta personas, muchas de las cuales resultaron heridas. La potencia de la explosión fue tal que varias víctimas aparecieron totalmente desnudas y uno de los cuerpos fue lanzado contra la DGS.

Las otras once personas asesinadas eran civiles, clientes y empleados de la cafetería. Hasta el atentado de Hipercor en 1987, la masacre de la cafetería Rolando ostentaba el triste récord de ser el atentado con más víctimas mortales de la banda asesina. Las personas fallecidas el mismo día 13 de septiembre fueron: ANTONIO ALONSO PALACÍN, y su mujer MARÍA JESÚS ARCOS TIRADO; FRANCISCA BAEZA ALARCÓN; BALDOMERO BARRAL FERNÁNDEZ y su mujer, MARÍA JOSEFINA PÉREZ MARTÍNEZ; ANTONIO LOBO AGUADO; dos de los tres empleados de la cafetería que fallecerían en el atentado: FRANCISCO GÓMEZ VAQUERO y MANUEL LLANOS GANCEDO; LUIS MARTÍNEZ MARÍN; CONCEPCIÓN PÉREZ PAÍNO y la estudiante MARÍA ÁNGELES REY MARTÍNEZ.

Concepción Pérez Paino tenía 65 años. Trabajaba como administrativa en la sede de la Dirección General de Seguridad, situada en la Puerta del Sol. Sus compañeros de trabajo sabían que solía acudir a esa cafetería a tomar café, por lo que fue una de las primeras víctimas en ser identificada. Concepción fue enterrada al día siguiente en el cementerio de La Almudena de Madrid.

LUIS MARTÍNEZ MARÍN (Madrid, Comunidad de Madrid, España)

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LUIS MARTÍNEZ MARÍN   ETA, Madrid, Comunidad de Madrid, España, 13/09/74
El 13 de septiembre de 1974 la banda terrorista ETA provocaba su primera masacre haciendo explotar una bomba en la cafetería Rolando de la calle del Correo, muy cerca de la Puerta del Sol en Madrid. La cafetería era frecuentada por policías de la Dirección General de Seguridad y por ello se convirtió en objetivo de la banda asesina.

La bomba, compuesta por unos treinta kilos de dinamita, además de tuercas de unos dos centímetros que actuaron como metralla, fue colocada en los aseos del establecimiento. La explosión, que se produjo en torno a las 14:30 horas, fue brutal: el techo de la cafetería se derrumbó, sepultando materialmente a los clientes y los empleados de la misma, provocando la muerte casi en el acto de once personas, de dos más posteriormente, y heridas de diferente consideración a otras sesenta personas. La metralla causó gran cantidad de víctimas y muchas de ellas quedaron atrozmente mutiladas. La onda expansiva afectó también al autoservicio Tobobán, en la calle Mayor, donde estaban unas treinta personas, muchas de las cuales resultaron heridas. La potencia de la explosión fue tal que varias víctimas aparecieron totalmente desnudas y uno de los cuerpos fue lanzado contra la DGS.

Las otras once personas asesinadas eran civiles, clientes y empleados de la cafetería. Hasta el atentado de Hipercor en 1987, la masacre de la cafetería Rolando ostentaba el triste récord de ser el atentado con más víctimas mortales de la banda asesina. Las personas fallecidas el mismo día 13 de septiembre fueron: ANTONIO ALONSO PALACÍN, y su mujer MARÍA JESÚS ARCOS TIRADO; FRANCISCA BAEZA ALARCÓN; BALDOMERO BARRAL FERNÁNDEZ y su mujer, MARÍA JOSEFINA PÉREZ MARTÍNEZ; ANTONIO LOBO AGUADO; dos de los tres empleados de la cafetería que fallecerían en el atentado: FRANCISCO GÓMEZ VAQUERO y MANUEL LLANOS GANCEDO; LUIS MARTÍNEZ MARÍN; CONCEPCIÓN PÉREZ PAÍNO y la estudiante MARÍA ÁNGELES REY MARTÍNEZ.

Luis Martínez Marín, agente comercial jubilado de 78 años, había nacido en Valladolid, aunque residía en Madrid desde años antes de ser asesinado en la cafetería Rolando. Fue enterrado en el cementerio de La Almudena de Madrid.

MANUEL LLANOS GANCEDO (Madrid, Comunidad de Madrid, España)

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MANUEL LLANOS GANCEDO  ETA, Madrid, Comunidad de Madrid, España, 13/09/74
El 13 de septiembre de 1974 la banda terrorista ETA provocaba su primera masacre haciendo explotar una bomba en la cafetería Rolando de la calle del Correo, muy cerca de la Puerta del Sol en Madrid. La cafetería era frecuentada por policías de la Dirección General de Seguridad y por ello se convirtió en objetivo de la banda asesina.

La bomba, compuesta por unos treinta kilos de dinamita, además de tuercas de unos dos centímetros que actuaron como metralla, fue colocada en los aseos del establecimiento. La explosión, que se produjo en torno a las 14:30 horas, fue brutal: el techo de la cafetería se derrumbó, sepultando materialmente a los clientes y los empleados de la misma, provocando la muerte casi en el acto de once personas, de dos más posteriormente, y heridas de diferente consideración a otras sesenta personas. La metralla causó gran cantidad de víctimas y muchas de ellas quedaron atrozmente mutiladas. La onda expansiva afectó también al autoservicio Tobobán, en la calle Mayor, donde estaban unas treinta personas, muchas de las cuales resultaron heridas. La potencia de la explosión fue tal que varias víctimas aparecieron totalmente desnudas y uno de los cuerpos fue lanzado contra la DGS.

Las otras once personas asesinadas eran civiles, clientes y empleados de la cafetería. Hasta el atentado de Hipercor en 1987, la masacre de la cafetería Rolando ostentaba el triste récord de ser el atentado con más víctimas mortales de la banda asesina. Las personas fallecidas el mismo día 13 de septiembre fueron: ANTONIO ALONSO PALACÍN, y su mujer MARÍA JESÚS ARCOS TIRADO; FRANCISCA BAEZA ALARCÓN; BALDOMERO BARRAL FERNÁNDEZ y su mujer, MARÍA JOSEFINA PÉREZ MARTÍNEZ; ANTONIO LOBO AGUADO; dos de los tres empleados de la cafetería que fallecerían en el atentado: FRANCISCO GÓMEZ VAQUERO y MANUEL LLANOS GANCEDO; LUIS MARTÍNEZ MARÍN; CONCEPCIÓN PÉREZ PAÍNO y la estudiante MARÍA ÁNGELES REY MARTÍNEZ.

Manuel Llanos Gancedo tenía 26 años. Trabajaba como camarero en la cafetería Rolando cuando la banda terrorista ETA hizo explotar una bomba en los aseos. Manuel llegó con vida sobre las 15:30 horas al Hospital de la Cruz Roja, pero murió antes de que se le pudiera intervenir quirúrgicamente. Fue la primera víctima asturiana asesinada por la banda terrorista ETA. Era natural de la localidad de Villar de Vildas (Somiedo), aunque con seis años se trasladó con su familia a Villablino (León), donde su padre trabajó como minero. Muy pronto empezó a trabajar como aprendiz de camarero, pues el sueldo de su padre no llegaba para los cinco miembros de la familia. Su primer trabajo fue en el casino de Villablino. Cuando los arrendatarios del local se trasladaron a Madrid y abrieron una cafetería, Manuel se fue con ellos. Cuatro o cinco años después los dueños de la cafetería Rolando le ofrecieron empleo como encargado. "Él en Madrid se encontraba muy a gusto y, por lo que me decía cuando hablábamos, allí era feliz. Era, además, un auténtico apasionado del fútbol y un gran seguidor merengue. Era un tío muy elegante y siempre que podía se iba a ver los entrenamientos", contó su hermano Antonio (Iñaki Arteta y Alfonso Galletero, Olvidados, Adhara, 2006). La muerte de Manuel fue un golpe tremendo para la familia, como también contaba Antonio en Olvidados: "Para mi padre y mi madre fue un disgusto tremendo. Mi madre, en concreto, desde aquello no fue nunca más la misma. (...) En tu cabeza sigue golpeándote la misma pregunta: ¿Por qué fue? ¿Por qué fue? Si él no se metió con nadie, ni cometió ninguna cosa. ¿Por qué te lo quitan así? (...) Eso es lo que ocurre cuando matan a alguien. Matan al que matan, pero a los demás, a los que le queremos, también nos matan un poco".

FRANCISCO GÓMEZ VAQUERO (Madrid, Comunidad de Madrid, España)

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FRANCISCO GÓMEZ VAQUERO  ETA, Madrid, Comunidad de Madrid, España, 13/09/74
El 13 de septiembre de 1974 la banda terrorista ETA provocaba su primera masacre haciendo explotar una bomba en la cafetería Rolando de la calle del Correo, muy cerca de la Puerta del Sol en Madrid. La cafetería era frecuentada por policías de la Dirección General de Seguridad y por ello se convirtió en objetivo de la banda asesina.

La bomba, compuesta por unos treinta kilos de dinamita, además de tuercas de unos dos centímetros que actuaron como metralla, fue colocada en los aseos del establecimiento. La explosión, que se produjo en torno a las 14:30 horas, fue brutal: el techo de la cafetería se derrumbó, sepultando materialmente a los clientes y los empleados de la misma, provocando la muerte casi en el acto de once personas, de dos más posteriormente, y heridas de diferente consideración a otras sesenta personas. La metralla causó gran cantidad de víctimas y muchas de ellas quedaron atrozmente mutiladas. La onda expansiva afectó también al autoservicio Tobobán, en la calle Mayor, donde estaban unas treinta personas, muchas de las cuales resultaron heridas. La potencia de la explosión fue tal que varias víctimas aparecieron totalmente desnudas y uno de los cuerpos fue lanzado contra la DGS.

Las otras once personas asesinadas eran civiles, clientes y empleados de la cafetería. Hasta el atentado de Hipercor en 1987, la masacre de la cafetería Rolando ostentaba el triste récord de ser el atentado con más víctimas mortales de la banda asesina. Las personas fallecidas el mismo día 13 de septiembre fueron: ANTONIO ALONSO PALACÍN, y su mujer MARÍA JESÚS ARCOS TIRADO; FRANCISCA BAEZA ALARCÓN; BALDOMERO BARRAL FERNÁNDEZ y su mujer, MARÍA JOSEFINA PÉREZ MARTÍNEZ; ANTONIO LOBO AGUADO; dos de los tres empleados de la cafetería que fallecerían en el atentado: FRANCISCO GÓMEZ VAQUERO y MANUEL LLANOS GANCEDO; LUIS MARTÍNEZ MARÍN; CONCEPCIÓN PÉREZ PAÍNO y la estudiante MARÍA ÁNGELES REY MARTÍNEZ.

Francisco Gómez Vaquero, cocinero en la cafetería Rolando, tenía 31 años. Estaba casado con Blanca Condado Aguilar y tenían dos hijas de 4 y 2 años. Francisco fue rescatado aún con vida entre los escombros, pero falleció posteriormente en el Hospital Clínico al que había sido trasladado. Blanca Condado, su viuda, tenía tan solo 29 años. Tardó años en recibir una pensión, por lo que tuvo que ponerse a trabajar como asistenta para sacar adelante a sus dos hijas (José María Calleja, Contra la barbarie. Un alegato a favor de las víctimas de ETA, Temas de Hoy, 1997). Más de quince años después del asesinato de su marido, Blanca percibía una ridícula pensión del Estado, que ascendía a 39.654 pesetas, apenas 240 euros de hoy. "En todos esos años, la Administración española no ha podido ser más generosa con esta mujer que a los veintinueve años quedó viuda con dos criaturas a las que alimentar, víctima de una barbarie que los sucesivos Gobiernos españoles aún no han sabido atajar" se quejaba en una tribuna de ABC la entonces presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Ana María Vidal-Abarca (24/02/1990), viuda del comandante de caballería Jesús Velasco Zuazola. "El calvario que en estos años ha pasado Blanca Condado sólo ella lo sabe. Después de padecer más de tres lustros de viudedad, de los que nada en el mundo podría compensarla, tiene además que soportar una penuria económica que le impide dar una formación y unos estudios a sus hijos (...). Cuando el marido de Blanca fue asesinado no existían indemnizaciones para los familiares de civiles muertos en actos terroristas y también se vio privada de esa ayuda económica. Una indemnización que hoy sí perciben ya las viudas de civiles que lo son por la brutalidad incalificable de los asesinos terroristas. La ley que regulaba estos supuestos no fue, desgraciadamente para ella y para otras muchas viudas, retrospectiva. Es cierto que Blanca recibe la pensión que marca la Ley. Pero esa Ley es clamorosamente injusta. A ella se lo dicen las lágrimas que muy a menudo llenan sus ojos al contemplar a sus hijas, ante la impotencia en que se encuentra para darles una vida más digna. A los demás nos lo dicta, o al menos así debería ser, el sentido común" (ABC, 24/02/1990).

ANTONIO LOBO AGUADO (Madrid, Comunidad de Madrid, España)

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ANTONIO LOBO AGUADO ETA, Madrid, Comunidad de Madrid, España, 13/09/74
El 13 de septiembre de 1974 la banda terrorista ETA provocaba su primera masacre haciendo explotar una bomba en la cafetería Rolando de la calle del Correo, muy cerca de la Puerta del Sol en Madrid. La cafetería era frecuentada por policías de la Dirección General de Seguridad y por ello se convirtió en objetivo de la banda asesina.

La bomba, compuesta por unos treinta kilos de dinamita, además de tuercas de unos dos centímetros que actuaron como metralla, fue colocada en los aseos del establecimiento. La explosión, que se produjo en torno a las 14:30 horas, fue brutal: el techo de la cafetería se derrumbó, sepultando materialmente a los clientes y los empleados de la misma, provocando la muerte casi en el acto de once personas, de dos más posteriormente, y heridas de diferente consideración a otras sesenta personas. La metralla causó gran cantidad de víctimas y muchas de ellas quedaron atrozmente mutiladas. La onda expansiva afectó también al autoservicio Tobobán, en la calle Mayor, donde estaban unas treinta personas, muchas de las cuales resultaron heridas. La potencia de la explosión fue tal que varias víctimas aparecieron totalmente desnudas y uno de los cuerpos fue lanzado contra la DGS.

Las otras once personas asesinadas eran civiles, clientes y empleados de la cafetería. Hasta el atentado de Hipercor en 1987, la masacre de la cafetería Rolando ostentaba el triste récord de ser el atentado con más víctimas mortales de la banda asesina. Las personas fallecidas el mismo día 13 de septiembre fueron: ANTONIO ALONSO PALACÍN, y su mujer MARÍA JESÚS ARCOS TIRADO; FRANCISCA BAEZA ALARCÓN; BALDOMERO BARRAL FERNÁNDEZ y su mujer, MARÍA JOSEFINA PÉREZ MARTÍNEZ; ANTONIO LOBO AGUADO; dos de los tres empleados de la cafetería que fallecerían en el atentado: FRANCISCO GÓMEZ VAQUERO y MANUEL LLANOS GANCEDO; LUIS MARTÍNEZ MARÍN; CONCEPCIÓN PÉREZ PAÍNO y la estudiante MARÍA ÁNGELES REY MARTÍNEZ.

Antonio Lobo Aguado, de 55 años, estaba casado y tenía dos hijos. Era natural de Villanueva del Río, localidad sevillana donde fue enterrado el 16 de septiembre. El funeral de cuerpo presente fue oficiado en la iglesia parroquial de San Fernando. Al mismo asistieron la viuda y sus dos hijos, además de Alberto Leiva Rey, jefe provincial del Movimiento, el presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, el alcalde de Villanueva y los miembros de la corporación municipal, además de otras autoridades provinciales y locales. Ferroviario de profesión, Antonio había sido trasladado a Madrid poco tiempo antes del atentado, destinado en el Departamento de Información de Renfe de la estación de Madrid-Delicias. El 13 de septiembre se encontraba casualmente en la cafetería Rolando y fue de las primeras víctimas en ser identificadas, tras ingresar cadáver en la Ciudad Sanitaria de Madrid.

BALDOMERO BARRAL FERNÁNDEZ (Madrid, Comunidad de Madrid, España)

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BALDOMERO BARRAL FERNÁNDEZ ETA, Madrid, Comunidad de Madrid, España, 13/09/74
El 13 de septiembre de 1974 la banda terrorista ETA provocaba su primera masacre haciendo explotar una bomba en la cafetería Rolando de la calle del Correo, muy cerca de la Puerta del Sol en Madrid. La cafetería era frecuentada por policías de la Dirección General de Seguridad y por ello se convirtió en objetivo de la banda asesina.

La bomba, compuesta por unos treinta kilos de dinamita, además de tuercas de unos dos centímetros que actuaron como metralla, fue colocada en los aseos del establecimiento. La explosión, que se produjo en torno a las 14:30 horas, fue brutal: el techo de la cafetería se derrumbó, sepultando materialmente a los clientes y los empleados de la misma, provocando la muerte casi en el acto de once personas, de dos más posteriormente, y heridas de diferente consideración a otras sesenta personas. La metralla causó gran cantidad de víctimas y muchas de ellas quedaron atrozmente mutiladas. La onda expansiva afectó también al autoservicio Tobobán, en la calle Mayor, donde estaban unas treinta personas, muchas de las cuales resultaron heridas. La potencia de la explosión fue tal que varias víctimas aparecieron totalmente desnudas y uno de los cuerpos fue lanzado contra la DGS.

Las otras once personas asesinadas eran civiles, clientes y empleados de la cafetería. Hasta el atentado de Hipercor en 1987, la masacre de la cafetería Rolando ostentaba el triste récord de ser el atentado con más víctimas mortales de la banda asesina. Las personas fallecidas el mismo día 13 de septiembre fueron: ANTONIO ALONSO PALACÍN, y su mujer MARÍA JESÚS ARCOS TIRADO; FRANCISCA BAEZA ALARCÓN; BALDOMERO BARRAL FERNÁNDEZ y su mujer, MARÍA JOSEFINA PÉREZ MARTÍNEZ; ANTONIO LOBO AGUADO; dos de los tres empleados de la cafetería que fallecerían en el atentado: FRANCISCO GÓMEZ VAQUERO y MANUEL LLANOS GANCEDO; LUIS MARTÍNEZ MARÍN; CONCEPCIÓN PÉREZ PAÍNO y la estudiante MARÍA ÁNGELES REY MARTÍNEZ.

El matrimonio formado por Baldomero Barral Fernández, de 24 años, y María Josefina Pérez Martínez, de 21, fue también asesinado por ETA en la cafetería Rolando. Baldomero y María Josefina eran naturales de La Coruña. Ambos estaban de paso en Madrid ese 13 de septiembre y entraron en la cafetería a comer. Tenían dos hijos, el mayor de 3 años. La identificación de los cadáveres de Baldomero y María Josefina fue muy dificultosa, y no se logró fehacientemente hasta el 16 de septiembre. Baldomero Barral había sido boxeador y logró conquistar los títulos de Galicia de peso pluma y ligero como profesional, campo en el que debutó en el año 1967 y se retiró en 1971. Anteriormente, y por espacio de cuatro años, había boxeado como amateur, según informó ABC en su edición de 17 de septiembre de 1974.